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D. Rafael Clavijo y Socas (1755-1813)

Rafael Clavijo y Socas (Teguise, 24 de octubre de 1755- Santa Cruz de Tenerife, 13 de junio de 1813). Fue bautizado en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. Su padre fue el capitán Salvador Clavijo y Martín Fajardo, natural de Teguise. Nació el 27 de diciembre de 1722, era alférez mayor y regidor perpetuo de la isla de donde era natural desde el 12 de julio de 1754; éste ejerció el cargo de secretario de la Comandancia General de Canarias, posiblemente desde 1763 y, con seguridad, desde 1765, año en que su hijo ingresó en las Milicias de Tenerife. Cesó en el puesto de secretario por sus achaques, en 1779, regresando a su casa de Teguise (Lanzarote) donde se encontraba en 1786. Su madre, Nicolasa de Socas Clavijo, era natural de Haría. 


La revisión de su biografía surgió hace algún tiempo cuando estaba preparando un trabajo sobre las medidas del Teide y la intervención de José Varela y Ulloa, tras detectar un grave error histórico y varios menores, que se desvelan y analizan en mi trabajo Rafael Clavijo y Socas (1755-1813), Una puesta a punto de su biografía, pendiente de publicación.


A los pocos años se trasladó a Santa Cruz de Tenerife donde, como hemos dicho, su padre era secretario de la Comandancia General. El 15 de mayo de 1765, a la edad de nueve años, ingresó como alférez de Caballería de las Milicias de Canarias; ascendió a teniente del mismo cuerpo el 20 de abril de 1769 y, a capitán, el 14 de octubre del propio año (Hoja de Servicios y AIMC, caja 1550/10; 05-10-1769 a 20-09-1811). Durante su estancia en Santa Cruz de Tenerife debió aplicarse en el conocimiento de las matemáticas, que pudo adquirir de la mano de alguno de los oficiales facultativos destinados, en Santa Cruz de Tenerife entre 1770 y 1773. En esos años estaban destinados el ingeniero José Ruiz Zermeño y el artillero Francisco Sanz Quintanilla o asistiendo a las clases de alguna institución. Poco después de creado el cuerpo de Ingeniero de Marina (10 de octubre de 1770), solicitó su ingreso y en marzo de 1773 por orden de SM, pasó agregado al citado cuerpo en el Departamento de Ferrol, en cuya escuela ingresó y donde terminó sus estudios en marzo de 1776 al ser ascendido a alférez de navío e ingeniero extraordinario. Estuvo embarcado entre junio de 1779 y agosto de 1780. Sus ascensos fueron: a ingeniero ordinario en 1782; a ingeniero en segundo en mayo 1788; a ingeniero en jefe en abril de 1792; a ingeniero director en 1798; y, a jefe de escuadra en 1807.


En 1783 estuvo comisionado a los montes de Navarra. En septiembre de 1787 solicitó licencia de un año por enfermedad. En abril de 1788, estando en su casa de Teguise, fue requerido por el Cabildo de Gran Canaria para elaborar un nuevo plan del muelle. Ante este requerimiento se trasladó a Las Palmas, realizó el sondeo de la bahía y eligió un lugar junto al castillo de Santa Ana cerca de la caleta de San Sebastián. No sabemos si debido a la evolución de su enfermedad o ante la perspectiva de seguir con el proyecto de construcción del muelle de Las Palmas; lo cierto es que en junio de 1788, desde Lanzarote, solicitó prorroga <<por el tiempo que sea del agrado de VM>>. El 17 de septiembre de 1788 le fue concedida <<la licencia que está usando en Canarias>> por un plazo de seis meses. 


Para completar el Atlas Marítimo de España que se había publicado en 1787, sólo hacía falta redactar <<la individual descripción de sus costas de Canarias>>. A tal efecto, el ministro de Marina Antonio Valdés ordenó que se encargara del trabajo Rafael Clavijo que estaba disfrutando licencia en Canarias. Rafael Clavijo cumplió su encargo y, el 27 de junio de 1790, por medio de oficio, remitió al ministro Valdés el Derrotero y Descripción de las Yslas Canarias. Al regresar a la península participó en el gran proyecto del dique de carenar de El Ferrol, pasó un tiempo agregado al Arsenal de Cádiz y a los Montes de Segura <<para que haciendo rectos y sólidos experimentos encuentre el verdadero origen del sámago>>. En 1797 y 1798 estuvo embarcado en la escuadra del almirante José Mazarredo. Al ascender a Brigadier fue nombrado Comandante General de los Correos Marítimos de la Coruña, fue el que facilitó el viaje de Humboldt al Nuevo Mundo, con escala en Canarias. 

Contrajo matrimonio con María Manuela Martínez de Ulloa con licencia de 30 de agosto de 1799, viuda del ingeniero Vicente Plo, su anterior jefe.


En abril de 1804 solicitó una nueva licencia por enfermedad. Al ascender a jefe de escuadra fue destinado al arsenal de la Carraca. Con su salud muy deteriorada participó en la rendición de la escuadra de Rosily, echando a pique con sumo acierto en la punta de la Clica el navío Miño y la urca Librada para cerrar el paso de la escuadra, para después reflotarlos. Poco después, el 28 de agosto de 1808, solicitó una nueva licencia por enfermedad de la que ya no se recuperó. El 17 de febrero de 1810, estando en Teguise, fue obligado a abandonar la isla por haber colaborado en la destitución del alcalde mayor nombrado por la Junta Suprema, trasladándose a Tenerife (Fuerteventura a través de la cartografía, pp. 102-103).  


Una vez en Tenerife, Clavijo fue examinado y observado por el doctor Domingo Saviñón, quien confirmó el diagnostico que le había adelantado en consulta realizada por carta acerca de sus padecimientos en el mes de octubre de mil ochocientos ocho, pocos días después de su llegada a la isla de Lanzarote. Se instaló en Santa Cruz, pero sus aires no le eran propicios y su salud se iba deteriorando por lo que el doctor Saviñón le aconsejó que se trasladara a La Laguna, donde la temperatura y la altura sobre el nivel del mar le podrían proporcionar algún alivio. Siguiendo el consejo médico se trasladó a dicha ciudad en octubre de 1810. Según tradición popular, se instaló en la calle de la Carrera, actual Obispo Rey Redondo, nº 61, actualmente, habitada por las Siervas de María, Ministras de los Enfermos. En ella vivían, además de su mujer María Manuela, su inseparable sobrino y ahijado Salvador Clavijo con su mujer María de la Cruz Pló, hija de María Manuela y numerosa prole, los famosos Clavijo y Pló. 


La estancia en La Laguna no mejoró su salud, se hallaba con suma debilidad y con frecuentes mareos que le obligaban a salir a la calle acompañado siempre de una persona de su confianza, seguramente Salvador; además, estaba imposibilitado de entregarse a ningún género de trabajo corporal ni mental por prescripción médica del doctor Saviñón. No obstante, no le impidieron continuar el contencioso que mantenía con el ministerio de Marina para cobrar su sueldo, con el comandante general por cuestiones de protocolo, e intervenir de nuevo en los muelles de Las Palmas y de Santa Cruz de Tenerife. 


En estas circunstancias, el apoderado del ayuntamiento constitucional de Las Palmas  dirigió, el 10 de mayo de 1813, un memorial al Serenísimo Señor de la Junta Central para decirle que había llegado el caso de ser necesaria la presencia personal de Clavijo para llevar adelante la fábrica, pero éste se negó a trasladarse a Las Palmas sin orden expresa de la Junta Central, ya que pretextaba que, no obstante, ser públicos sus achaques y las incomodidades que tendría que sufrir debido a que «sus suspicases émulos al Gobierno» considerarían que sus achaques eran supuestos; por lo que el ayuntamiento solicitaba que se le concediera permiso para que se trasladara a la enunciada Isla. A vuelta de correo se contestaba al ayuntamiento constitucional de las Palmas que «no se puede acceder a que Dn Rafael sea el que dirija y presencie la obra del muelle que se está construyendo en la playa de dicha ciudad». El traslado de esa orden debió llegarle en vida a Clavijo y seguramente fue la causante indirecta de su muerte. Rafael Clavijo murió de repente el 13 de junio de 1813 en Santa Cruz, en los brazos de Carlos Adan y Bruzony, capitán del puerto de Santa Cruz de Santiago de Tenerife (Rafael Clavijo y Socas (1755-1813), Una puesta a punto de su biografía, pendiente de publicación).

                                                                              

                                                                                                                                                                                                                                       Juan Tous Meliá

 

GALERÍA DE FOTOGRAFÍAS:

 

 

 

D. Rafael Clavijo y Socas en el Libro de Bautismos conservado en el Archivo Parroquial de Teguise. (Ampliar imagen para apreciar texto)

 

                                

Retrato de D. Rafael Clavijo y Socas atribuido al pintor  D. Luís de la Cruz. 

 

                            

Retrato de D. Rafael Clavijo y Socas atribuido a D. Luís de la Cruz. 

 

                             

Indumentarias pertenecientes a D. Rafael Clavijo y Socas. 

 

                            

Detalle de indumentaria perteneciente a D. Rafael Clavijo y Socas. 

 

                                             

 

 

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