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D. Gaspar Rodríguez Carrasco (1676 - 1712)

Gaspar Rodríguez Carrasco nació en La Orotava, en 1676, siendo bautizado en la parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción de aquella localidad. Sus padres fueron don Gaspar de Salazar Rodríguez Carrasco y doña Ana de la Cruz, casados en 1659, en la citada parroquia. Tuvieron seis hijos,María (1665), Domingo (1668), Jacinto (1669), Antonia (1672) , Gaspar (1676) y Domingo (1679). En toda la documentación encontramos una alternancia constante de los apellidos Salazar y Rodríguez; en algunos casos nos encontramos Salazar o Zalazar Rodríguez Carrasco o solamente Rodríguez Carrasco, forma más habitual. En el caso del personaje que nos ocupa, éste toma ambos apellidos de su progenitor 1. 


Encontrándose en Lanzarote, el 23 de octubre de 1709 se casa, otorgando poderes al alférez Pedro de Mosa, con Magdalena Ventura de Miranda y Ordóñez, mujer perteneciente a la elite aristocrática de La Orotava, oficiándose, también, la ceremonia en la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Mientras que en Teguise se cumplían los tres días de amonestaciones, según las normas del Concilio de Trento 2.  En esta fecha sus padres, Gaspar de Salazar Carrasco y Ana de la Cruz, ya habían fallecido 3. La relación con Lanzarote se establece por vínculos familiares, sobre todo con los Guerra Clavijo, quienes desempeñaron una destacada función política y comercial en la mencionada isla. Asimismo, sus padres, aparte de la residencia de La Orotava, también contaron con casas en la Villa de Teguise, figurando como vecinos, en la que desempeñaron actividades administrativas 4.


En la documentación de la época, Gaspar Rodríguez Carrasco aparece reiteradas veces resolviendo asuntos de compra-ventas y abriendo causas judiciales por cuestiones de deudas 5. Son escasos los datos disponibles por lo que no podemos elaborar una imagen más amplia, ni de su persona ni de sus ocupaciones profesionales, aunque deducimos que estuvieron relacionadas con el comercio, conclusión basada en sus continuos viajes entre islas.

Llegó a ser apoderado de D. Bartolomé de Casabuena, miembro de una de las familias más representativas de La Laguna 6. Su gran obra fue el convento de Santo Domingo, lugar que ocupaba cuatro cuadras con nueve celdas y un antecoro, una tribuna con ventanas de asiento y techumbre tejada. Suelo de hormigón y un refectorio al que se accedía mediante una escalera de piedra. Cocina con fogón y campana con todo el servicio necesario en ella. Un repertorio que hacía las veces de oficina o despensa. Un cuarto alto bajo el que se encontraban las caballerizas y un pajar, todo de tea y techado. Todo ello acompañado de una tahona, un corral y dos lonjas con puertas a la calle, locales, éstos últimos valorados en 300.000 reales, que no entrarán en la donación al quedar reservadas para el capitán don Gaspar o sus herederos con el fin de ser utilizadas como trojas o paneras, nunca como casa principal.

Su intervención fue decisiva a lo largo de todo el proceso constructivo, pues él mismo intervino en la decisión y organización de los espacios, de acuerdo con las exigencias de la comunidad de religiosos.

Esta pequeña descripción nos ayuda a tener una idea de cómo era su gran casa, es decir, toda la manzana del actual convento de Santo Domingo.

Este personaje, que los últimos días de su vida los pasó viajando entre Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote, aparece como hombre preocupado por todo lo concerniente a la salud pública, a la educación, a los más marginados y la formación religiosa, invirtiendo grandes sumas de dinero para ello. 

Su relación con los dominicos de La Orotava no fue sólo una cuestión personal y familiar, sino también una cuestión devocional hacia el fundador de la Orden, un santo que nunca gozó de la aceptación popular. Resulta curioso cómo su padre, al nacer el primer hijo, no le impuso el nombre de Gaspar, como disponía la tradición familiar, sino Domingo e, incluso, hizo lo mismo con el último de sus vástagos. A tenor de lo que expresaba en su testamento, creemos que ya don Gaspar presentía la muerte, pues a finales del año anterior o comienzos del siguiente abandona Lanzarote para permanecer en la casa de La Orotava, cuya ubicación desconocemos, aunque es muy posible —según las informaciones de algunos documentos de la época— que se hubiera levantado en las proximidades del convento dominico, cuyos frailes fueron los elegidos por él para ocupar el convento de Teguise. No se le conoce descendencia directa. Sólo sabemos que en 1711 tuvo un hijo que falleció al poco tiempo de haber nacido, en La Orotava. También en esta misma localidad tinerfeña, en 1712, tuvo lugar el entierro de otro hijo, esta vez una niña, de cuatro años de edad 7. Todos sus bienes —que fueron cuantiosos— los recibió un sobrino suyo llamado, asimismo, Gaspar de Salazar Carrasco, en vínculo de mayorazgo, interviniendo la comunidad de dominicos en caso de producirse una interrupción en la descendencia familiar.

Y en todos estos bienes y proyectos sociales se hallaba el citado convento de Teguise, que nunca fue una de sus aspiraciones primeras, llegando a ser realidad algo más tarde, unos cuantos años después de su muerte. Habiendo siempre mostrado una constante preocupación por el pésimo estado de la beneficencia en Lanzarote, ya que no contaba con un hospital para que pudiesen ser internados los enfermos indigentes 8 que buscaban refugio en Teguise, antigua capital de la isla, y en donde se habían asentado las familias de mayor rango social, propone a la Congregación de San Juan de Dios, en Andalucía, que se instale en unas casas que él posee en la mencionada localidad para que cumpliesen las funciones de centro hospitalario, ofrecimiento que rechazado al encontrarse Lanzarote muy lejos de la casa matriz y no disponer de botica y por los escasos medios clínicos y quirúrgicos con los que iban a contar para desarrollar su actividad hospitalaria.

Ante esta negativa, la solución descansaba en la Orden de Predicadores, que si bien no disponía de la autorización gubernamental (Real Cédula) para fundar nuevo convento en Canarias, sí lo hizo bajo el compromiso de abordar las labores asistenciales, teniendo como una de las principales actividades la dedicación y cuidado de los enfermos. Realmente fue una artimaña por parte de los religiosos para instalarse en Teguise, pues no hubo tal hospital en aquel convento, permaneciendo Lanzarote sin este establecimiento hasta 1774, cuando el presbítero Agustín Rodríguez Ferrer construye por fin el que se denominaría  de “El Espíritu Santo”

“Estas casas se encontraban en la calle que vaxa a la plasa de Nuestro Padre San Fco. derecha a sí a la parte del oeste y que están al enderesar la Calle que via recta va a las casas de la Morada que fueron de dcho. Cpitan Gaspar Rgs. para la Ygla. Parroquial de esta Villa a mano derecha, inmediatas a la esquina de dcha. Calle, que tiene la fachada, otra que de dchas. Casas sale para afuera de esta Villa hasta el camino del Puerto y casas que llaman del hospital”. Algunas de estas viviendas pertenecían a una sobrina suya, doña Catalina de Suera, casada con don Fernando Peraza “el mozo”, vecino de Lanzarote”. Todo lo que hasta ahora se ha publicado sobre don Gaspar Rodríguez Carrasco, sus bienes y la construcción del convento dominico de Teguise, tanto en artículos como interesantes estudios presentados sobre todo en las Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzarote, no parecen indicar que estuviera en sus proyectos sociales la referida casa conventual, sino la instalación de un hospital bajo la regencia, tal y como se ha dicho anteriormente, de los Hermanos de San Juan de Dios. Sin ánimo de forzar o de justificar la idea de la presencia de los dominicos en Teguise desde los primeros momentos, sí es cierto que en documentos más tempranos ya se expresa la intención y la necesidad de dotar las casas de su propiedad para la morada de los frailes predicadores. Podría sospecharse que don Gaspar había concebido todo un programa social, benéfico, religioso y artístico para una ciudad como Teguise, principal núcleo poblacional de Lanzarote en aquel tiempo, de familias blasonadas que mantenían estrechas relaciones personales y comerciales con Gran Canaria, Tenerife y La Palma, principalmente. No debemos olvidar que, aparte de sus casas a extramuros de la Villa, contaba con su residencia particular en la misma plaza de la iglesia 9, donde antes se encontraba la sede de la Policía Municipal y hoy la Escuela Municipal de Música.

Efectivamente, en 1692 el capitán Rodríguez Carrasco pide licencia al gobierno eclesiástico para llevar a cabo el pretendido hospital con su iglesia y el servicio litúrgico. En el documento se hace constar la necesidad de este centro hospitalario en Teguise para que los forasteros que a ella acudan (a Lanzarote) puedan recostarse, curarse y remediar la necesidad de la enfermedad. Un poco más tarde el obispo don Bernardo Vicuña y Zuazo, que precisamente había comenzado su pontificado en Canarias ese mismo año, le concede licencia, determinando sobre la dotación y rentas de aquel futuro hospital, gestión que redacta el Vicario don Diego de Laguna, según la propuesta de Rodríguez Carrasco: “y teniendo como tengo para su fundación promptas en lonjas y en pajeros mill fanegas de trigo y trescientas fanegas de secano vda. Unos y otros granos buenos y bien acondicionados con los demas efectos que pudiese aver por compra o en otra forma de los materiales de albañilería como son, cal, canteria y Piedra para comensar dcha. Fabrica, … tengo treinta fanegas de tierra labradas propias más en una suerte sin tributo ni pension alguna en parte sercadas, que estan contiguas a esta Villa que lindan por una parte con camino Real que va desta Villa a la aldea de ntra. Sra. De Candelaria y por otra el Barranco que disen de la arena y por la otra parte con camino que ba a la aldea del Sr. San Bartolomé y (roto) dchas tierras por compra a Catalina de Cabrera viuda de Francisco Merino por (roto) ante el (roto) con mas los bienes raises muebles (roto) que pudiese adquirir y adjudicar a dcha. dotacion después de aver echo la fundacion de dcho. hospital porque aunque me hallo con algunas propiedades que balen mucho mas (roto) esta (roto) la fundacion de dcho. ospital no me de termino a sujetarlas a la dotación (roto) aunque en todo caso es adelantar asi la fundación de dcho. ospital como la dotación. Asimismo, el referido Capitán Rodríguez Carrasco incluye las casas de su propiedad que poseía a las afueras, a “extramuros” de Teguise, otorgando poder a don Juan González Falcón, canónigo de la catedral de Canaria para que en mi nombre y representando mi propia persona pueda parecer ante el Ylsmo. y Rvmo. Sr. Obispo destas Yslas” con el fin de obtener la pretendida licencia, pues especifica además que tiene pensado adquirir todo lo necesario para que el tan deseado hospital pudiese ser una realidad lo antes posible, como las camas y ropas.

En el informe de licencia ya se especifica que el hospital sólo necesita el “visto bueno” del Señor Obispo, pues su fábrica está concluida y consumada 10. Es lógico pensar que Rodríguez Carrasco, haciendo comunicar cada una de las casas que en su momento estaban previstas para albergar dicho proyecto benéfico, las dotara de aquellos materiales más básicos y necesarios para mitigar los padecimientos y sufrimientos de los más necesitados que llegaban a Teguise buscando remedio a sus males. De modo que él mismo propone y desea levantar la iglesia hospitalaria para que sigan la misa en ella los enfermos. En este documento se pide al Señor Obispo que tenga a bien bendecir la capilla de la cárcel de Teguise, que fue levantada bajo sus propios auspicios, para que los presos puedan participar de la Eucaristía, pues se encuentra con todos los ornamentos litúrgicos necesarios. Rodrigo de Laguna presenta al Señor Obispo su queja ante la respuesta del capitán Rodríguez Carrasco que, sin licencia eclesiástica alguna, autorizó a que en la capilla tuvieran lugar los Oficios Divinos. Esto ocurría el 12 de abril del citado año 1692. Lo cierto es que don Gaspar era poseedor de un buen número de viviendas que, partiendo de la suya propia en la plaza de la iglesia, se habían levantado hacia el sur de la localidad, siguiendo la dirección de la actual calle de Santo Domingo 11. 

Aunque el cenobio de los dominicos conociera ampliaciones y transformaciones en etapas posteriores, especialmente en la segunda mitad del siglo XVIII, se hace necesario ampliar la iglesia, pues la existente, aquella capilla alargada y alta que se levantó en su día para el servicio religioso del pretendido hospital, resultaba ahora estrecha e insuficiente para una comunidad en pujanza que ya contaba, por voluntad expresada en la Carta de Fundación de don Gaspar Rodríguez Carrasco, con escuela y estudio de Gramática para los jóvenes menos pudientes de Teguise y alrededores 12. 

El historiador Viera y Clavijo, en su conocida Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, menciona unos 14 frailes dominicos que ocupaban entonces este convento de Teguise, teniendo en cuenta que la citada villa capitalina no superaba los 500 vecinos en 1744 —Lanzarote contaba con 7.210 habitantes, era un número suficiente de religiosos para cubrir las necesidades espirituales, religiosas, asistenciales y educativas de aquella población, lo que supuso, como es lógico, ampliaciones y adaptaciones espaciales del cenobio. Y teniendo en cuenta el sempiterno problema del agua en la isla, los frailes tuvieron que hacer reformas tanto en la mareta como en el aljibe abierto en medio del claustro, pues las obras de la iglesia estaban mermando considerablemente la existencia del líquido elemento, de tal modo que en varias ocasiones los dominicos tuvieron que acudir al vecino convento franciscano en su búsqueda para beber y “aser” de comer. Así, en 1795, se daban por finalizadas las puertas y ventanas de todo el edificio. Sólo en la puerta principal se gastaron “cinco y medio rs. por fletar las vigas que se trajeron de para la elaboración del producto” 13.

La presencia de la Virgen de Gracia en Teguise es producto de una devoción particular que Rodríguez Carrasco respetó, perpetuándola en el cenobio que él mismo había fundado. Hay muchas dudas acerca de esta imagen mariana. La opinión más generalizada —y no carente de interés popular— sostiene que la llamada Virgen de Candelaria, actualmente en su retablo de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de Guadalupe, fue la de Gracia del convento dominico. No vamos a contradecir el sentir de la feligresía y de muchos estudiosos de la materia, ya que no disponemos de documentación veraz para justificar lo contrario, pues los hay que defienden una procedencia americana, tal vez por el parecido con la Virgen del Rosario de la parroquia de San Ginés (Arrecife de Lanzarote), o pretenden adjudicársela al escultor Fernando Estévez, nacido en La Orotava, en 1788 14.

Será patrono del cenobio su sobrino Gaspar de Salazar Carrasco y descendencia, con preferencia del varón a la mujer y del mayor al menor. Terminada ésta lo será sus sobrinas Catalina y Ana Suera, para que se mantengan unidos este patronato y el vínculo del que hablará a continuación. De acabarse tal descendencia, han de ser poseedores del patronato los religiosos del convento de su fundación.

Los bienes del citado vínculo son cuantiosos: casas, tierras, tributos, maretas, etc., los cuales ha de poseer primero el ya citado Gaspar, luego sus sobrinas. Las condiciones de la vinculación son aquí más ligeras, pues establece que si sobrino desease vivir en otra isla: “Thene, Canaria o palma”, no se citan otras, pueda vender posesiones del vínculo, con tal de que se invierta lo obtenido en bienes que lo valgan allí donde pasase a vivir, quedando de nuevo vinculados.

Las escrituras de dote que hacen don Gaspar y sus dos sobrinas – no llegó a casar aquél -, pueden resultar significativas. Las dos se hacen el mismo día y ante igual escribano. La primera se destina a Catalina, hija de Antonia de Salazar, la cual estaba ya casada con don Fernando Peraza “el mozo”. Don Gaspar le ofrece una casa en la que ya moraba el citado matrimonio, así como algunas ropas y joyas, un cortijo en Maneje, y un cuadro de dos varas y media de Nuestra Señora de Belén, de un valor de 200 reales. El total de la dotación asciende a 16.801 reales. Su madre y tías, más modestas, aportan al matrimonio 2.406 reales, entre los que se incluyen “siete quadro pequeños a veinte y cinco reales cada uno q son ciento setenta y cinco rrs”.

La otra dote corresponde a Petra Salazar, hermana de la anterior, casada con Pedro Quint. Realizan la escritura don Gaspar y sus sobrinas las hermanas Antonia y Ana Salazar. El total aportado por el tío fue de 17.807 reales en una casa, ropa y también joyas. Ellas aportan 2.900 reales.

Después de 1836, la vida de los frailes predicadores ya había tocado a su fin. El templo pierde toda identificación para entrar en el olvido y convertirse en lugar de despojos de la parroquial; el convento se puso al servicio de diversas actividades comerciales, militares, docentes, etc. hasta entrar en un proceso de deterioro irremediable, perdiéndose la segunda planta y gran parte de su volumetría, sobre todo las unidades arquitectónicas levantadas en la parte posterior. A partir de la década de los años cincuenta del pasado siglo XX, el Ayuntamiento de Teguise, después de un gran esfuerzo por recuperar el edificio, instala en él el gobierno municipal 15. 

Si bien el siglo XVII no aporta demasiadas novedades, el siglo XVIII ofrece otro panorama y se detecta un dinamismo que se pone de manifiesto en el arte y la arquitectura. En el último tercio de esa centuria están en el urbanismo de Teguise los que serán sus hitos arquitectónicos más importantes: iglesia Mayor de Nuestra Señora de Guadalupe, conventos de los franciscanos (1588) y de los dominicos (1726), hospital del Espíritu Santo (1774) y las ermitas de la Vera Cruz, San Rafael y San José (las dos últimas, en las afueras). La Villa es a finales del siglo XVIII la capital de isla de señorío más importante de Canarias, eso sí, superada por las capitales y otras poblaciones de islas realengas. Como se ha visto, Teguise contaba con un notable número de instituciones, algunas de las cuales se habían creado en esa centuria. Las iniciativas constructivas también parecen indicar un cambio de actitud y mentalidad, ya que si en el siglo XVI los marqueses fundaron el convento franciscano, en el siglo XVIII el de los dominicos es por voluntad de otras personas que por su posición económica pueden actuar de promotores de empresas religiosas 16, emulando el papel de los señores territoriales, así ocurrió con el capitán Gaspar Rodríguez de Carrasco con Santo Domingo o el presbítero Agustín Rodríguez Ferrer para el Hospital.

Don Gaspar Rodríguez Carrasco mantuvo estrechas relaciones con la Orden de Predicadores (dominicos), especialmente con la comunidad establecida en La Orotava, en cuyo convento quiso ser sepultado. Efectuándose el sepelio, en dicho lugar, a las 10 de la mañana del día 20 de mayo de 1712 13, en la capilla de Nuestra Señora del Rosario, al pie de la peana de la Virgen junto al retablo 17.


                                                                                                               Dra. María Luz Fika Hernando

 

NOTAS


1.    FUENTES PÉREZ,Gerardo.: Fuentes para la historia de la Orden de los Predicadores en Lanzarote. El convento de San Juan de Dios y san Francisco de Paula. Una aproximación espacial y plástica del siglo XVIII. En http://memoriadelanzarote.com. Consultado el 4 de abril de 2019. p.120.
2.    Ibídem
3.    CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, José: Patronazgo artístico en Canarias en el siglo XVIII. Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1995, pp. 218-19.
4.    A.H.L.P.G.C. Legajo 2.792. Testamento de Gaspar Rodríguez Carrasco, 17 de julio de 1711. Escribano: Juan Bueno Hernández y Rojas. Dado a conocer en la obra de CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, José: Patronazgo artístico en Canarias en el siglo XVIII. Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1995.
5.    CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, José: Op. cit., pág. 219
6.    Idem, p. 220
7.    A.P.N.S.C. (La Orotava. Tenerife). Libro XII de bautismo, en FUENTES PÉREZ,Gerardo.: Fuentes para la historia de la Orden de los Predicadores en Lanzarote. El convento de San Juan de Dios y san Francisco de Paula. Una aproximación espacial y plástica del siglo XVIII. En http://memoriadelanzarote.com. Consultado el 4 de abril de 2019. p.122.
8.    SANTANA PÉREZ, Juan M. y MONZÓN PERDOMO, M. Eugenia: Beneficencia en Lanzarote. En III Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzarote, 1989, tomo I, pág. 8.
9.    Idem
10.    FUENTES PÉREZ,Gerardo. Op. Cit., p. 124.
11.    Ibídem, p. 125.
12.    A.H.N. Legajo 1842. Op. cit., 1712. En FUENTES PÉREZ,Gerardo.: Fuentes para la historia de la Orden de los Predicadores en Lanzarote. El convento de San Juan de Dios y san Francisco de Paula. Una aproximación espacial y plástica del siglo XVIII. En http://memoriadelanzarote.com. Consultado el 4 de abril de 2019. p.131.
13.    VIERA Y CLAVIJO, José de: Noticias de la Historia General de las Islas Canarias. Ed. Goya, Santa Cruz de Tenerife, 1982, tomo I, pág. 794. En “Compendio brebe y fasmosso, historico y politico, en que se contiene la situación, población, division, gobierno, produziones, fabricas y comercio que tiene la ysla de Lanzarote e el año de 1776”, con introducción y notas de Francisco Caballero Mujica, y publicado por el Ayuntamiento de Teguise (1991), da para Teguise 308 vecinos (pág. 40). En FUENTES PÉREZ,Gerardo.: Fuentes para la historia de la Orden de los Predicadores en Lanzarote. El convento de San Juan de Dios y san Francisco de Paula. Una aproximación espacial y plástica del siglo XVIII. En http://memoriadelanzarote.com. Consultado el 4 de abril de 2019. p.133.
14.    FUENTES PÉREZ,Gerardo.: Fuentes para la historia de la Orden de los Predicadores en Lanzarote. El convento de San Juan de Dios y san Francisco de Paula. Una aproximación espacial y plástica del siglo XVIII. En http://memoriadelanzarote.com. Consultado el 4 de abril de 2019. p.144.
15.    Idem, p.147.
16.    CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, José:  Patronazgo artístico en Canarias en el siglo XVIII.. Cabildo Insular de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 1995.pp.219-226
17.    FUENTES PÉREZ,Gerardo.: Fuentes para la historia de la Orden de los Predicadores en Lanzarote. El convento de San Juan de Dios y san Francisco de Paula. Una aproximación espacial y plástica del siglo XVIII. En http://memoriadelanzarote.com. Consultado el 4 de abril de 2019. p.121.

GALERÍA DE IMÁGENES

 

Inmuebles de D. Gaspar Rodríguez Carrasco en la Calle Nueva y Plaza de Teguise.

 

Convento de Santo Domingo a mediados del s. XX.

 

      

Interior del Convento de Santo Domingo

 

Antiguo Hospital del Espiritu Santo (Teguise)

 

     

Antiguas imágenes de la puerta y posible escudo del Hospital del Espíritu Santo. 

 

Calle del "Coronel Carrasco" en Teguise.

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